Determinantes, pronombres, adjetivos determinativos, determinativos, cuantificadores… Son muchas las formas de estudiar, comprender o encarar estos tipos de palabras, estas listas de acompañantes o sustitutos de los sustantivos tan útiles y versátiles; así que dejaremos estas cuestiones al margen para debates y argumentaciones académicas. Aquí utilizaré las etiquetas que mejor engloban los conjuntos completos, que más se han utilizado y que más aceptación general siguen teniendo. No estoy despreciando el resto ni nada parecido. Es una cuestión práctica, nada más.
Tras esta primera aclaración, ya puedo
comentar un poco qué son y para qué sirven estos dos tipos de palabras.
Determinantes y pronombres. Los dos, juntos, son responsables de que la lengua
mantenga algunas de las características que la hacen ágil, práctica,
recurrente, económica y eficaz. Sin ellos, nuestras oraciones serían mucho más
largas, tediosas y difíciles de seguir. Ese es su papel en esta historia que
llamamos lenguaje.
Ambos grupos están dentro del mundo nominal. Son creaciones, inventos que van a hacer referencia o se van a relacionar con el sustantivo. En el caso de los determinantes van a acompañarlos, a escudarlos. Siempre delante de ellos, siempre matizando (determinando) la situación o la referencia real de un objeto concreto etiquetado bajo el amparo de un sustantivo desde la perspectiva, también concreta, del hablante. Sirven, pues, para concretar una realidad específica. Hay siete tipos de determinantes.
Probaré lo que acabo de decir con
todos ellos. Pensemos en el sustantivo mesa.
No puedo decir *mesa es grande porque
el sustantivo necesita ubicarse en el espacio-tiempo concreto del hablante. Por
eso decimos que la frase anterior resulta agramatical. Para solucionar esto, la
lengua utilizará determinantes. La mesa,
esta mesa, mi mesa, cinco mesas, algunas mesas, qué mesa, cuya mesa… También
es interesante que puedes encontrarte con dos determinantes juntos (siempre
delante, los dos, del sustantivo): todas
las mesas.
De esta forma, y con un contexto
específico, el grupo nominal ya está completo y hablante/oyente pueden
entenderse con facilidad. Nótese que el determinante siempre estará delante del
sustantivo. Solo en esa posición funcionará como tal. Es así como diferenciarás
algunos adjetivos (los adjetivos determinativos) de los determinantes, por la
posición en el grupo nominal. Es la diferencia entre esta mesa es grande y la
mesa esta es grande. En el primer caso, va delante y determina a qué
mesa se refiere el hablante. En el segundo equivale a un adjetivo. Fíjate que
puedes decir la mesa roja es
grande.
Los tipos de determinantes, como
hemos visto en los ejemplos, son: artículos,
demostrativos, posesivos, numerales, indefinidos, relativos y
exclamativos/interrogativos. No te voy a aburrir ahora explicando y
repasando cada tipo. Eso lo mostraré en otra entrada. Lo que sí haré es hablar
de la otra clase de palabra que nos ocupa, extremadamente relacionada con
determinantes y sustantivos; pues, en muchos casos, sus representantes tienen la forma de los
determinantes y son los sustitutos oficiales de los sustantivos. Eso es. Llega
el turno de los pronombres.
Igual que los otros, los pronombres no significan (en el sentido semántico) nada. Son simples formas de evitar repeticiones o apariciones innecesarias. De hecho, son morfemas independientes con significado gramatical capacitados para hacer referencia a realidades ya citadas (deíctico anafórico) o que vas a citar más adelante (deíctico catafórico).
Son los mismos tipos que los
determinantes en seis de las siete opciones (demostrativos, posesivos, numerales, indefinidos, relativos y exclamativos/interrogativos). En el caso de los pronombres, el séptimo tipo
es el que engloba a los pronombres
personales (no hay artículos entre los pronombres). Igual que con los
otros, hablaremos de cada uno de ellos en otra entrada.
Las formas de los pronombres
personales existen porque deben poder representar a las seis personas
gramaticales (de ahí su nombre) en situaciones (o papeles) deferentes. En
efecto, cambian para acomodarse a su función en la oración, existiendo formas
de las seis personas para funciones como sujeto, complemento directo, complemento
indirecto o término de un SP (sintagma preposicional). Además, encontraremos
diferencias de uso en función de en qué lugar del mundo o en qué situación
social estemos hablando español.
Por último, hay que añadir, para
comprender bien estos dos tipos de palabras, que forman listas cerradas de
palabras variables (género y número). Como conclusión, la mejor reflexión sobre
este tema es que los determinantes y los pronombres son las palabras que hacen
que la lengua sea flexible, recurrente, ligera, versátil y práctica. Hacen
manejable esa realidad que nos formamos con los sustantivos. Gracias a ellos,
podemos elegir bien de qué se está hablando en cada caso. Con los mil matices y
posibilidades que existen.
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