Coplas a la muerte de su padre

     Jorge Manrique nació hacia 1440 en Palencia. Era miembro de una de las familias más poderosas de la sociedad castellana. Tanto su vida como su obra están profundamente marcadas por su pertenencia a la Corte. Destacan las figuras de su padre, Rodrigo Manrique, maestre de la orden de Santiago, y de su tío paterno, el famoso poeta y autor dramático Gómez Manrique.  


    Fue el prototipo de hombre de armas y letras. Participó en numerosos combates y terminó muriendo, en campaña militar (se duda con el lugar o el momento exacto), en 1479. Junto con el Marqués de Santillana y Juan de Mena (Laberinto de Fortuna), es uno de los más importantes poetas del Cancionero general, es decir, de la Corte.

     La obra más importante de Jorge Manrique es, sin duda alguna, las Coplas a la muerte de su padre, una elegía en la que la experiencia dolorosa de la muerte de Rodrigo Manrique conduce al poeta a una meditación en torno a la vida y a la muerte.

    Las Coplas se sitúan en la cúspide de una extensa corriente literaria que se ocupa del tema de la muerte, un tema muy utilizado y recurrente en las artes medievales (y posteriores). El tema refleja la permanente preocupación hacia la muerte en el convulso periodo de la Baja Edad Media, una parte de la historia repleta de guerras, epidemias, hambrunas, revueltas… Había una visión macabra de la muerte que provoca miedo y corrompe todo lo que ha sido bello, así como las glorias que se construyen en vida.

    Cabe destacar también la visión de las Danzas de la muerte (o Danza macabra), un tópico tardo-medieval artístico que recuerda la universalidad y el poder igualador de la muerte. Se le presenta como un esqueleto que baila, danza, posa y está con personas de toda clase y condición. No importa si son nobles, reyes, papas, poderosos o no. Todos tienen que bailar con esta personificación macabra de la misma. Además, se cree que en el siglo XV (Prerrenacimiento) había representaciones y diálogos que versaban sobre este tema en concreto.

     En su obra, Jorge Manrique recogerá estas ideas y las llevará un poco más allá. Al final, es recoger y reflexionar sobre una larga tradición de tópicos literarios (lugares comunes) relacionados con la vida y con la muerte.


    El tempus fugit (fugacidad de la vida) y sus muchas y variadas lecturas está presente en las coplas. Asociado a este tópico clásico podemos añadir la inestabilidad de la Fortuna (tema bíblico); que hoy te hace rico, pero mañana mueres. Otro lugar común relacionado con esto es el que recuerda que el mundo no es nada, que todo lo material, igual que el ser humano, muere y se estropea o se corrompe. Es la consideración del mundo como vanitas vanitatis que arranca en el Eclesiastés bíblico. Dice Manrique: «Recuerde el alma dormida / avive el seso y despierte / cómo se pasa la vida / cómo se viene la muerte / tan callando».

    La vida como un río es buena imagen de otro lugar común («Nuestras vidas son los ríos / que van a dar a la mar / que es el morir»), la vida terrenal como un simple camino a la otra vida, a la vida eterna en el cielo. Esto conduce al menosprecio la vida terrenal; pues es pasajera, no tiene importancia en comparación con lo que te espera en el reino celestial. Dicen las coplas: « Esta vida es camino / para el otro, que es morada / Sin pesar».

   Ya hemos visto un poco más arriba que también aparece en las Coplas el tópico de la presencia igualadora de la Muerte, o el poder igualador de la muerte («Esos reyes poderosos […] / Así los trata la muerte / como a los pobres pastores / de ganados»). No muy distante a esto mismo se encuentra otro tópico de origen bíblico: el famoso Ubi sunt? (¿Dónde están?) Esta interrogación retórica se pregunta dónde han ido a parar aquellos ilustres personajes (y sus glorias) que tanto poder y control tenían en vida. Un ejemplo de las Coplas: «¿Qué se hizo el rey don Juan? / Los infantes de Aragón, / ¿qué se hicieron?...».

    Como colofón al asunto de los tópicos, es obligatorio comentar una de las características que hace de las Coplas algo tan único. La tercera vía (o camino) que busca el autor para la vida (además de la terrenal y la celestial), es decir, la vida en la fama y en el honor, la vida en el recuerdo. En este sentido, propone a su padre como modelo de caballero cristiano y hace un repaso de sus logros. Lo más interesante de esto es que funcionó, pues varios siglos después sigue siendo famoso (él y su padre) gracias a sus coplas. Recordamos un fragmento: «[…] pues otra vida más larga / de fama tan gloriosa / acá dejáis».

https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/obra-completa--0/html/ff6c9480-82b1-11df-acc7-002185ce6064_5.html

    Veamos ahora la estructura de la obra, que se puede dividir en tres partes. Fíjate cómo abarca el tema de lo general a lo particular. De lo más grande a lo más específico. La primera parte ocupa las trece primeras estrofas. En ellas, el poeta reflexiona sobre la fugacidad de las cosas terrenales. En la segunda (coplas XV-XXIV) ejemplifica el carácter transitorio de la vida y se pregunta, con ejemplos particulares conocidos en su época, de forma retórica por ellos. La última parte, la tercera (XXV-XL) la dedica a hablar de su padre, de Rodrigo Manrique, como ejemplo de noble cristiano y como triunfo sobre la muerte gracias a su fama.  

     Métricamente, el poema está escrito en coplas de pie quebrado (llamadas también manriqueñas precisamente por su uso en esta obra). Son estrofas formadas por dos sextillas con rima independiente: 8 a, 8 b, 4 c, 8 a, 8 b, 4 c. Los recursos retóricos o estilísticos principales se basan en formas exhortativas, estilo expositivo y gran sentenciosidad. Veamos por último la forma compositiva del poema.

    Las Coplas se componen de una explicación mediante ejemplos de unas ideas que se van desplegando de más a menos, de lo abstracto a lo concreto. Para ello, usa la división de los temas en tres partes ya explicada con la estructura. También es palpable el didactismo de la obra desde un sentido cristiano de la vida, pues vemos la primacía de lo espiritual frente a lo material (lo eterno frente a lo terrenal o humano), el menosprecio del mundo, la muerte como tránsito de la vida eterna…   

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