La poesía lírica tradicional está ligada al canto y surge como algo natural en la vida de los pueblos. Es algo que siempre sucede así. En literatura española pasa lo mismo. No solo es la primera manifestación literaria en las nuevas lenguas peninsulares, que lo es, sino que va a ser la primera manifestación en cualquier literatura de cualquier pueblo. Es algo intrínseco a la comunidad. Una necesidad anónima y colectiva de conservar saberes, emociones y conocimiento generación tras generación. También de entretenimiento y celebración. No importa lo remoto de los tiempos que estudiemos. Siempre habrá canciones y poesías orales como forma de transmisión cultural y cohesión de grupo.
Es así. Los pueblos necesitan cantar y celebrar. Necesitan mantener normas y pasar saberes de unos a otros. También tradiciones y costumbres. Aunque, lo que yo creo que más necesitan es emocionarse, es decir, llorar, amar, despedirse… Por eso el Amor o la Muerte serán siempre temas universales vayas donde vayas.
En nuestro caso —literatura española—, encontraremos, desde el inicio, ejemplos de poesía lírica repartidos por toda la península. Estas canciones tradicionales reflejan una riqueza temática popular digna de mención. Canciones de boda (albadas), de escarnio, de burla; pero también de todo tipo de actividades como la siega y el trabajo, o festividades como las romerías o las ferias. Eso sí, el tema más repetido y conservado será, con mucho, el Amor, en todas sus manifestaciones (serranillas, alboradas…).
Estas composiciones anónimas,
tradicionales (populares), colectivas y orales serán comunes en todas partes.
Si lo piensas, seguimos teniendo ejemplos de algo similar. El folclore de los
pueblos, los juegos, los bailes, la música… Todo esto es universal. A día de
hoy, todavía pueden verse infinidad de similitudes entre regiones. Como es
lógico, serán las diferencias las que destacan y dan color y arraigo en cada
lugar; pero también encontraremos ritmos, movimientos, formas y colores
cortados por el mismo patrón.
Volviendo a la poesía lírica tradicional, veremos ahora los grandes núcleos que tienes que conocer. Antes de eso, debes tener en cuenta que, como es lógico, a nosotros nos han llegado las versiones escritas; lo que quiere decir que nos ha llegado aquello que, a posta o por casualidad, quisieron apuntar. Imagina la cantidad de canciones que ya no cantaron más. Todas esas que se perdieron o se modificaron con el tiempo. Salvando las distancias, a mí me gusta pensar en la música popular actual para rellenar ese vacío y hacerme una idea de cómo surgieron, evolucionaron, pervivieron y se diferenciaron. Más adelante, cuando veamos cómo y por qué conservamos mucha de esa poesía tradicional de la Edad Media, entenderás la razón de estas palabras. Por el momento, veamos esos núcleos líricos peninsulares, esas primeras composiciones escritas de ese acervo oral tan nuestro (de todos).
Verás que tienen muchos elementos comunes, pues son manifestaciones escritas del mismo hecho. Presentan coincidencias en contenido, voz narrativa y estructura. No solo va a predominar el mismo tema, el Amor, sino que lo va a hacer con la misma idea (casi como un tópico): el lamento de ella por la pérdida, tardanza o ausencia del amado a un confidente, que será una madre, una hermana… En todos ellos estará presente, además, la Naturaleza. Compartirán también una estructura estrófica sencilla cuya base consiste en un pareado; que más adelante dará forma, en forma de estribillo, al zéjel, a las canciones o al villancico tradicional castellano.
Lo primero que tienes que conocer de la literatura española (los textos conservados más antiguos) viene de la mano del núcleo arábigo-andaluz y se escribió en lengua mozárabe (el dialecto del español que se hablaba en esa zona) en los siglos XI y XII, aunque las primeras están fechadas alrededor del año 1.000, es decir, antes que cualquier otra composición en romance.
Sí, estoy hablando de las jarchas,
esas famosas cancioncillas mozárabes que se incluían al final de un poema culto
escrito en árabe o en hebreo llamado moaxaja
y que servía como motivo para la composición (jarcha > moaxaja). Estaban compuestas de dos a seis versos
paralelísticos y repletas de recursos expresivos como interrogaciones, exclamaciones, vocativos afectivos… Son del tema
amoroso explicado más arriba.
https://www.cervantesvirtual.com/buscador/?q=jarchas
El
segundo núcleo lo encontramos en la lírica gallego-portuguesa, que será también
el principal centro de poesía culta medieval (luego hablamos de eso, sigamos
con la popular) y tendrá muchos de esos rasgos de los que hemos hablado:
paralelismos, estribillos, contenidos… Se conocen como cantigas de amigo, y
están escritas en gallego-portugués.
Muchas de estas composiciones,
aunque comparten la temática de las jarchas,
tienen un tono más armonioso. Además, es importante tener en cuenta que suelen
tener un escenario natural agradable, con mucha presencia del mar. Con todo,
también las hay insertadas en un ambiente más urbano.
https://www.cervantesvirtual.com/buscador/?q=cantigas+de+amigo
Su estructura es una composición de varias estrofas de cuatro (o más) versos cada una y con un estribillo que se repite inalterable al final de la misma. Además, cada verso comienza igual que el correspondiente de la estrofa anterior, aunque con leves modificaciones.
Algunas presentan una composición
todavía más precia, el procedimiento llamado leixa-pren (deja y toma); que consiste en repetir al
inicio de la tercera estrofa el verso con el que terminó la primera, al inicio
de la cuarta con el de la quinta, etc. Este estilo sirve para dar cohesión al
poema.
Para
terminar, veamos la versión castellana (núcleo castellano) de este mismo fenómeno, el villancico. De este tipo
se conservan bastantes más ejemplos, aunque son un poco más tardías (me refiero
a los escritos, ya hemos visto que las versiones orales funcionan de forma
distinta).
https://www.cervantesvirtual.com/buscador/?q=cancionero
Cuando hablamos de villancicos
medievales no nos referimos a la versión navideña que nos viene a la cabeza
(este trasvase temático y formal a lo religioso y, en concreto, al nacimiento y
la adoración es muy posterior, del XVI). Nos referimos a composiciones amorosas
con el mismo esquema ya descrito (lamento
en boca de mujer…), aunque con alguna singularidad (seguramente por el
número de ejemplos que conservamos o la mayor distribución temporal) como el
tono (por ejemplo, en general, los villancicos castellanos son más pesimistas
que las cantigas de amigo), el marcado contenido erótico de algunos de ellos,
las variaciones con otros temas, incluyendo sátiras y composiciones burlescas,
y hasta alguno en boca de hombre.
La composición básica, igual que en
el resto de zonas vistas, es muy simple y breve (entre dos y cuatro versos de
arte menor que riman en asonante o en consonante). Ya en el siglo XV, desde esta
base inicial y popular, se amplían en los Cancioneros de la siguiente forma: al
villancico existente (estribillo) se le añade una glosa
formada por una o más estrofas de dos o tres versos cada una (mudanza) y un verso de que rimará con el
estribillo (vuelta) hasta tal punto
que lo repite en parte.
Vemos cómo evolucionan estas
composiciones simples en las distintas zonas de forma similar (que no la misma)
y la importancia del valor simbólico de las palabras e ideas, con los muchos
símbolos para hablar de amor, erotismo, encuentros sexuales… Además, son una
representación del clásico locus amoenus (naturaleza amable).
Nos queda ver la poesía lírica culta, es decir, esa
poesía lírica medieval de autor conocido (clérigos, nobles…). Es este caso,
como ya apunto más arriba, está escrita en gallego-portugués. Tiene origen en
la poesía occitana o provenzal
(Provenza), la primera corriente literaria de carácter culto que influirá de
forma decisiva en posteriores manifestaciones literarias. Del sur de Francia
pasa al norte de la península (también influye, por ejemplo, en la poesía en
catalán).
Una explicación que muchas veces se da de este hecho es que la zona gallega estaba en una relativa paz (en comparación con la zona castellana, por ejemplo) y que contaba con el Camino de Santiago como elemento vertebrador y canalizador de cultura. De hecho, esta poesía culta gallego-portuguesa mezcla la poesía trovadoresca de influencia provenzal con su propia esencia popular (os recuerdo las Cantigas de amigo y las estructuras paralelísticas propias de la popular).
Dentro de estas canciones de poetas
y trovadores, veremos dos grandes tipos: las Cantigas de amor y las Cantigas
de escarnio y maldecir. Las de escarnio y maldecir son composiciones
satíricas y burlescas. En las de escarnio se verán críticas más sutiles, con
sobreentendidos y palabras encubiertas. Las de maldecir son burlas más
evidentes, con insultos y ataques directos. La sátira podía ser variada: amor,
política, moral, sexual o personal. La estructura y la composición coincidirán
con la empleada en las cantigas de amor.
Estas cantigas de amor van a ser el comienzo de lo que luego conoceremos como amor cortes, una concepción del amor que se extenderá por toda la literatura medieval y que influirá en la poesía del Cancionero del siglo XV. En estas composiciones es el caballero el que se lamenta por la amada. En concreto por el desdén de la amada o la frustración de ese amor, que será, además, prohibido, difícil o encubierto (damas casadas, de distinta condición social o religiosas). En la mayoría de los casos, trágico. El poeta toma la posición de vasallo de su señora (la dama) y la considerará como un ser superior digno de adoración (con las más elevadas virtudes).
¿Ves la cantidad de elementos que luego seguirán evolucionando y condicionando la literatura posterior?
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